Cambio

Una bola de fuego,
que no arde,
más bien húmeda;
un puño de lágrimas,
secas pero que fluyen,
ocultas tras el anhelo;
un nudo de pena,
clavado en la garganta,
explota en pedazos,
en gotas de savia,
que se asoman por las cuencas,
cuando la verdad y la mentira
se miran a los ojos.

Christian Nutz


Oriente y occidente,
duelo entablado entre
belcebúes y dioses amortajados
en promesas de polvos y huecos.
Comparten la conquista
de tuertos venados,
la ignorancia de pájaros
que se aventuran
a usurpar el puesto estratégico
de la mano sobre el mazo
en un mundo intimidado
y desfalleciente.
Batallas contradictorias
en diálogos entre conejos.
Falsos destinos que se encuentran
en un Apocalipsis incendiario
donde el carruaje de los reyes cargan
vísceras de huesos
y carnes molidas del ruedo:
destinos superfluos y abatidos.
Se miran los ombligos
desde donde caen las máscaras
Demasiada infamia que se mastica
entre dientes de faunos discutiendo.
La derrota ciega apoya la escala
de violencia que no cesa y la moral
sale al exilio con sus ojos espantados…

Marcela Vanmak